La investigación reciente sobre las decisiones y prácticas de financiación de Preschool Promise por parte de la División de Aprendizaje Temprano (ELD) encontró que menos del 1% de la financiación podría definirse como presunto desperdicio, y no hubo hallazgos de fraude. Aunque la investigación puede tener un titular llamativo, se pierde la historia más grande. Lo más notable es que la pandemia destacó la importancia crítica del cuidado infantil como un servicio vital que apoyó a los trabajadores esenciales, y las decisiones tomadas durante ese tiempo han llevado a que la capacidad licenciada de Oregon ahora supere los niveles previos a la pandemia — un testimonio del uso abrumadoramente efectivo de los fondos.

En lugar de enfocarse en el presunto desperdicio, deberíamos estar arrojando luz sobre las luchas continuas que enfrentan las familias en todo Oregon. Cada condado en nuestro estado es un desierto de cuidado infantil para al menos un grupo de edad, dejando a padres, madres y cuidadores sin acceso al cuidado que necesitan para trabajar, asistir a la escuela o cuidar a sus familias. Esta es la historia que merece nuestra atención inquebrantable.

Si los líderes electos quieren ver un mayor acceso a la educación en la primera infancia y una supervisión sólida de los programas públicos, entonces necesitan financiarlo. Hacemos un llamado a los legisladores para que proporcionen la financiación necesaria para apoyar a nuestra comunidad de aprendizaje temprano y la prestación de servicios para las familias de Oregon. En Family Forward, continuaremos abogando por los recursos y el apoyo que nuestras familias y proveedores necesitan para prosperar.